Pasás el resto de tus días en el monasterio, una criatura indefensa, ciega, deshuesada. Ascetas itinerantes pagan una sola moneda de la denominación más baja para ver tu cerpo retorcido. Murmuran cosas solemnes, piadosas.
Los últimos escalones son los más empinados. Parecen levantarse como estantes, inclinados a lo largo de la pendiente natural de la montaña. La gravedad te succiona los miembros a medida que te arrastrás pulgada a pulgada agonizante [[sobre|over]] el borde.\n\n[[VOLVETE|turn4]] en una voz como los abismos más profundos
Hay otras cosas ciegas y rotas acá. Se captan entre ustedes, regocijándose en silencio.
Te arrastrás abajo por la montaña, en tu ceguera y temblando. Vivís en el monasterio cercano, te mantienen como una cosa digna de lástima. Las monjas te muestran ante los visitantes como una lección objetiva sobre la arrogancia.\n\nPero las tejas calientes y la hierva suave del monasterio son un consuelo para tus manos piadosas, tanteantes. Porque por las noches, la roca negra y los escalones suaves de esa montaña todavía te imparten su aroma mineral curioso a través de los sueños, y te despertás con el olor eléctrico del cielo en tus fosas nasales.
—¡Ay! ¡Ay! —gritás, yaciendo como cosa rota por el camino. Pasan los pasos junto a vos pero nadie tiene piedad. Finalmente, días más tarde, una monja del monasterio más abajo asciende por la montaña, al [[enterarse|hearing]] de tu situación.\n\nElla baña tus labios agrietados, negros, con una esponja, alimentando tus murmullos con agua limpia. Te coloca en una lona y te arrastra [[montaña|mountain]] abajo con un pedazo de cuerda.
Te acostás como buen cadáver y no hacés un escándalo. No hay escarabajos o moscas en este pico vidrioso y el aire es seco, así que tu cuerpo permanece preservado por siglos, la cara todavía atrapada en esa expresión horrible, cobarde, de vileza repugnante.
Este es el [[lugar|end]] más hermoso del universo. Incluso a través del tejido en ruinas de tu cuerpo, despojado y carente de huesos, sentís la belleza como una calidez grandiosa.\n\nMás abajo, la tierra llora con angustia, rechinando los dientes de rabia. Las nubes y los relámpagos lidian con la tierra, retorciéndose de la envidia. Vos estás por encima de ellos.
TE ROMPÉS\n\nTus huesos se desmoronan con un dolor poderoso, astillados, pudriéndose con cada [[paso|step3]]. Estás envejeciendo, te estás volviendo algo quebrado, un cuerpo lleno de vidrio.\n\n[[VOLVETE|turn2]] retumba el océano
Cada paso es vadear a través de vidrios rotos, cada respiración te desolla desde adentro.\n\nTE MORÍS\n\nEstremecimiento y torción, hacés una danza mortal, vacilante, mientras mierda y meo se te derraman, seguidas de sangre desde cada orificio. Tu carne se vuelve verde, blanca, azul, hinchándose con los gases de la descomposición.\n\n[[VOLVETE|turn3]]\n\n(o arrastrate cuesta arriba por los [[escalones|step4]])
Esta es la montaña más alta en la galaxia, una roca oscura perforando el cobalto iridiscente del cielo. Luces magnéticas flamean a lo largo del horizonte, reflejándose en las nubes. [[Escalones|Steps]] tallados en la montaña se elevan hacia el [[lugar|place]] más hermoso en el universo.
Te deslizás abajo por los escalones y donde terminás, los miembros esparcidos, es donde yace tu cuerpo conservado por siglos, porque no hay escarabajos o moscas en este pico vidrioso y el aire es seco. Los pocos que contemplan tu cara congelada y tensa ven una expresión horrible, cobarde, de vileza repugnante.
El viento brota poderosamente. Te internás en el vendaval, ganándote el camino paso a paso.\n\nPERDÉS LA VISTA\n\ntus ojos son arrancados de tu cabeza y el viento succiona en las cuencas vacías, lamiendo la sangre con lenguas ásperas.\n\n[[VOLVÉ|TURN]]\n\n(o [[avanzá|step]] más alto)
Esta es la montaña más alta en la galaxia, una roca oscura perforando el cobalto iridiscente del cielo. Luces magnéticas flamean a lo largo del horizonte, reflejándose en las nubes. Escalones tallados en la montaña se elevan hacia el [[lugar|place]] más hermoso en el universo.
—¿Acaso perdí algo? No logro recordar —le decís al cielo.\n\nTus manos van a la deriva frente a vos, tanteando los [[escalones|steps2]] mientras corrés como un gorila. El destello de un rayo distante es cálido como un beso de amante sobre tu piel, tan intensificados están tus sentidos.
Comentás alegremente sobre las propiedades enervantes del aire de montaña y continuás tu [[ascenso|ascent]].
Conforme ascendés por los escalones, contemplás maravilladamente el borde de la cima de la montaña; una radiación olea desde el borde, pero nada del lugar en sí va a ser visible, sino hasta el último escalón.\n\nuna voz resuena en la inmensidad--\n\nVOLVÉ [[ATRÁS|BACK]]\n\n(¡o saltá escalones [[arriba|up]] con intensidad redoblada!)
Un Lugar de Belleza Infinita
Objetivamente. Todos los que lo ven son abatidos. Escáneres cerebrales verifican que nada más produce tal confluencia suprema de regocijo químico. Todas las cosas vivas ansían por [[él|it]], incluso las plantas, que se tuercen como para abrazar la cara del sol.
(ralatada con descuido por un joven robusto, como quejándose de un [[perro callejero|turn2]] del barrio)
Te invade el miedo y te das la vuelta. Por el resto de tu vida te preguntás qué yacía en la cima de esta montaña. Te volvés menos valiente en cada acción, más vacilante en cada trato. Cuando morís pacíficamente de edad avanzada, muchos observan que éste fue tu acto más asertivo.